Ante los hechos que vienen sucediendo desde el año pasado, primero en Rosario en General Motors, Volskwagen en Córdoba y ahora en empresas de Villa Constitución y San Nicolás, y en muchas otras que no salen en los medios y que muestran despido de trabajadores, baja de salarios, disminución de horas de trabajo, etc., queremos exhortar a nuestros dirigentes, políticos, sindicales y económicos para que en forma concertada se encuentren los mejores medios, incluso remedios extraordinarios, para proteger a los miembros más débiles de la cadena productiva, es decir, a los trabajadores.
No es justo que frente a la caída de la actividad económica, producto de una crisis global, se utilicen mecanismos expeditivos pero intrínsecamente inmorales, que dejan sin demasiadas opciones a un gran número de familias argentinas. Consideramos, que a esta altura de los tiempos, ha llegado la hora de que, quienes administran y dirigen las compañías afectadas por la crisis, comprometan los recursos financieros, acumulados durante la expansión, que no fueron destinados a la actividad productiva y puedan absorber pérdidas transitorias causadas por mantener la planta laboral más allá de lo que marcaría el criterio de la “rentabilidad económica”. No sería esto un acto de caridad sino una obligación moral. Los que más ganaron “en tiempos de vacas gordas” tienen una mayor obligación para con la sociedad toda, en “tiempos de vacas flacas”.
Las obligaciones ante las dificultades se deben asumir en la misma proporción con que se repartieron las ganancias en los buenos momentos. El Compendio Social de la Iglesia nos enseña que la “riqueza existe para ser repartida”. “Los bienes, aun cuando son poseídos legítimamente, conservan siempre un destino universal” (C.S.328).
Los propietarios del capital deben asumir su responsabilidad moral con los hombres y mujeres que les dependen, puesto que toda actuación en el campo económico debe estar abierta a la instancia moral (Cf.C.S.331). Los trabajadores de las empresas que dirigen no son un mero “recurso” que permite satisfacer exclusivamente intereses individuales. (Cf.C.S.339)
Consideramos además, que hasta el presente ha habido una insuficiente respuesta del Estado ante estos hechos. Es necesaria una mayor protección de los trabajadores. Ante estas circunstancias, inspirado en el principio de solidaridad, la acción del Estado debe establecer recaudos temporarios para establecer “límites a las autonomías de las partes para defender al más débil.” (C.S.351). En consecuencia, el Gobierno debe replantear sus políticas y recursos públicos en función de estas prioridades, con la activa participación de las partes afectadas, buscando entre todos cuál es la mejor vía para recuperar los niveles de producción perdidos.
viernes, 23 de enero de 2009
Comunicado del Sector de Trabajadores de La Accion Católica Argentina Setrac
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